Adriana Oliver
Barcelona, 1990
Adriana Oliver es conocida por sus retratos planos, de inspiración pop, de hombres y mujeres sin rostro, que se inspiran en fotogramas de películas de los años 1950 y 1960. Sus figuras, que pinta en bloques de color apagados y delimita con gruesos contornos negros, carecen de individualidad, ya que la artista las reduce a los significantes de la masculinidad y la feminidad tradicionales. Oliver se inició en la fotografía antes de pasar a la pintura, que considera más adecuada para los matices narrativos. Con su estilo sobrio e inquisitivo, invita a los espectadores a reflexionar sobre cómo se construye el género.